M. López

Está previsto que en poco menos de un año den comienzo las obras del parque Eurovegas, el magno complejo que pretende convertir Madrid en una fiel recreación de la mítica ciudad del juego californiana para jugar a los típicos juegos de casino como poker, ruleta o blackjack .

Hasta dónde se conoce, el proyecto es absolutamente colosal: se ubicará en terrenos de más de 50.000 metros cuadrados, se construirán decenas de alojamientos hoteleros y se abrirán las puertas de centenares de mesas de juego al más alto nivel, miles de máquinas, cientos y cientos de restaurantes…

A día de hoy, no obstante, los interrogantes que se ciernen sobre la ejecución del proyecto son tan abultados como sus extraordinarias proporciones. Y es que aún no se ha decidido, por ejemplo, el emplazamiento definitivo del macroproyecto. Desde que comenzara a dirimirse el destino de Eurovegas, durante la pugna entre Madrid y Barcelona por hacerse con el mismo, y hasta la fecha, el secretismo sigue siendo la nota predominante en los planes de Sheldon Adelson. En el terreno de los “posibles” se habla de que existe una lista de requisitos que el magnate del juego habría puesto encima sobre la mesa a las autoridades locales: y de tan opacas pretensiones sólo han trascendido algunas, como la ampliación de algunos carriles de las autopistas aledañas y accesos rápidos desde el aeropuerto Internacional Madrid – Barajas, así como la puesta en marcha de obras de ampliación y remodelación de la línea de metro para acercarlo hasta las puertas mismas del recinto.

Ahora bien: ¿Dónde, cuándo y cómo se construirá Eurovegas, en un momento de especial dificultad para la economía española?. Si bien la ubicación definitiva sigue en el aire, puede decirse lo mismo en cuanto a la financiación de muchos de los bancos, una apertura del crédito imprescindible para que las máquinas comiencen a levantar el complejo, según el calendario previsto, a finales de 2013.